Revista realizada con motivo de la Solemne Procesión Magna, celebrada el Sábado Santo de 2010 en la Real Isla de León- San Fernando, con motivo del Bicentenario de la Constitución de las Cortes de 1810. Editada por el Consejo Local de Hermandades y Cofradías de San Fernando
Se está prodigando en la red cofradiera un tipo de censura al cofrade que roza el fascismo y ataca muy de lleno la libertad de opinión y de pensamiento de las personas. Estas que forman parte del derecho individual, no son muy bien vistas que digamos por el sector más radical en la que se encuentran los jerarcas de la Iglesia y a su vez algunos dirigente de las cofradías.
No hace mucho, un conocido cofrade amigo mío, fue “investigado” por las altas esferas diocesanas, pues su nombre se relacionaba con el extinto foro de opinión Azul y plata. Tan a tanto que aun sin haberse demostrado si de verdad este señor Cofrade perteneció como administrador de ese desaparecido Foro, quisieron por todos los medios quitarlo de en medio de los entornos de las cofradías. Pues entre otras cosas este señor, ya fuera por pertenecer en primer orden a una cofradía gaditana, ha sido crítico cuando así lo ha tenido que ser con lo que cree que no es de justicia, y eso incomoda a quien se cree en posesión de la verdad y a quien solo opina de pensamiento único, y dictatorial.
Pero no solo en las altas esferas Diocesanas nos podemos encontrar esas actitudes, recuerdo como en una Cofradía gaditana a la que muchas opiniones eran contrarias con ella, se dijo abiertamente que como supieran que uno de los administradores del mencionado y desaparecido foro gaditano fuera un simple Hermano de número, se le procedería a abrir un expediente disciplinario que conllevaría a su expulsión de esa corporación nazarena. Todo un alarde de disciplina castrense totalmente contraria a las libertades de sindicación, de opinión y libertad en todo su esplendor.
Todas estas confrontaciones conllevan a que los hermanos que pertenezca o tengan intención de pertenecer como dirigente en su cofradía, se vea obligado a usar el anonimato para poder opinar convenientemente de la vida en las cofradías, de las propias cofradías u opinar convenientemente de lo que no crea de la Iglesia en general. Teniendo que hacerlo pues otra vez vuelve el yugo bajo palio de seglares y sacerdotes que no aceptan critica alguna. Lamentablemente para nuestra sociedad la Iglesia vuelve a ser la retrograda de la sociedad moderna, quedando la vida de los cofrades tan salpicada de la que a veces no tenemos mas remedio que sentir vergüenza de las manos en las que lamentablemente están los cofrades.
Participa en la encuesta, lo puedes hacer en la columna de la derecha eligiendo tu opción preferida y clicleando sobre la pestaña "voto". La encuesta estará abierta hasta el dia 12 de enero del 2010 a mediodia.
El próximo Pregonero de María Santísima de las Penas para la Cuaresma del 2011 será: D. Mauricio Rodríguez Daza. Cofrade Jerezano de la Real y Pontificia Hermandad de Nuestro Padre Jesús del Prendimiento y María Santísima del Desamparo y del Apóstol Señor San Pedro de Jerez.
Muchos son llamados y pocos los elegidos, y la figura de José Soto Anillo ha conseguido pertenecer al elenco de primeros actores de la Semana Santa de Cádiz.
Yo creo que no cabe la menor duda en afirmar que este capataz de Cádiz ha sido un comprometido señor con la Semana Santa, podremos opinar bien o mal de cómo llevaba o como dirigía su cuadrilla, podremos recordar con gracejo las ocurrencias que sin más malicia de ser un hombre en estado puro, le salían de sus adentros. Podremos recordar un montón de historias que a su vera han orbitado, pero creo que es injusto no recordar que tras Goliat, ha existido un señor que de la mejor manera que ha creído o querido ha llevado y dirigido un buen numero de de pasos cofradieros.
O su Peña, la que en la misma calle de la Palma era un continuo hervidero de cargadores o de cofrades en general. Peña que año tras año se convertía en parlamento de la carga y de las distintas formas y cambios que se estaban produciendo. Lugar de encuentro en materia de la carga donde tras los videos oportunos y pertinentes se hablaba de temas cofradieros, de destituciones de capataces y de cambios de cuadrillas.
Goliat o el Goli para sus amigos será por siempre ese rudo señor que delante del paso correspondiente mandaba como el solo maniobras al cielo, Goliat falleció defendiendo lo que él creía en el lugar a donde quiso el destino que falleciese, Que su Virgen niña de la Caridad, lo tenga a su lado, y que Cádiz corresponda y recuerde que tras Goliat, existió un señor llamado José Soto Anillo y que fue capataz de Cádiz.
Dice la mitología que el Ave fénix, ave mitológica, cada quinientos años se desintegraba para resurgir de nuevo de sus propias cenizas. Pues algo similar y de cuento surrealista es lo que viene ocurriendo en la por mi querida Archicofradía de la Santísima Resurrección de Cádiz.
Pues otra vez cual ave fénix los Hermanos de esta corporación nazarena, luchando contra la adversidad, ídem a un pueblo que lucha contra la mano opresora, demuestra que sus titulares siguen por encima de sus números de hermanos, de sus nombres como tales y del tirano de turno.
Vuelve una candidatura a presentarse para dirigir su Archicofradía, candidatura encabezada por Sergio Rodríguez Arboleda, en la que va acompañada por Francisco Álvarez, Jesús Farrujia, Francisco Javier Ortega, José Manuel Pizarro, Jaime Rodríguez, Jaime Castro, Héctor Romero, Juan Carlos Rincón, Benito Ruiz y Eliseo Fernández.
Esta nueva candidatura es la que deberán de refrendar los Hermanos en correspondiente cabildo el próximo 26 de noviembre, y serán los que intenten conseguir una vida cofrade sin sobresaltos algunos.
Desde esta mi opinión solamente espero que Dios ponga a cada uno en su sitio, y que consigáis esa paz de hermandad que tanto ansiáis y que El Santísimo Cristo Azotado y Resucitado y la Virgen Santísima de Las Lágrimas, os ayuden en este nuevo y repetido periplo de re estabilización de la Cofradía.
El carnaval de Cádiz en si es un compendio de críticas y cachondeo entre otras cosas. Existen quien no cree que la figura de Dios deba de ser tratada para un fin que no sea el meramente celestial que es y no acepta que se use de forma frívola el hablar o mencionar a Dios.
Pero eso no conlleva a que en Cádiz a Dios se le tutee y se le baje a la altura de un hijo, o de un hermano y eso es lo que hizo Selu García Cossío con su chirigota en el año 1997, el cual hizo un pasodoble genial, que nos puso en nuestra boca lo que normalmente podemos decir en momentos oportunos.
La imagen de Dios fue bien tratada pues aunque el tema es difícil de decir, consiguió que este pasodoble arrancara más risas que reproches por parte de quien se cree que este tema no se debe de tocar. Ninguna cofradía o cofrade realizó ningún acto de repulsa, como ocurrió no hace mucho con Los tijeritas.
El pasodoble decía
Esta letra yo se la dedico a Dios.
Tu eres el dueño de “to”,
y por eso te rezo yo
tu has hecho to la creación
y que bien ta salio to.
No es por hacerte la pelota,
pero tu eres el mejor.
Si por casualidad tu ves
en la iglesia a mi mujer
y a ti te pide pa mi un trabajo
tu no le hagas caso porque esa gachí
te pide por pedir.
Tu has creao al hombre,
no es que quiera yo meterme ahora en tus cosas
porque de esto sabes tú más que yo,
pero mi cara no ta salio mu bien...me da la sensación
Jamás se me podría pasar por la mente que Juan Manzorro, Fernando Pérez o Carlos Alarcón, periodistas de un ente público hicieran el ridículo más extremo. Y hablo de estos como bien pudiera hacerlo de otros tantos. Existe un dicho que nos dice que la mujer del Cesar no solo ha de ser honrada, sino que debe parecerlo. Diciendo con esto que la gente que son notorias, deben de estar por encima de historias pues deben de mostrar públicamente una dignidad de ser unapersona íntegra.
Pero eso no es óbice para que usen su voz y colaboración en donde le plazca, es decir, un periodista reconocido no hace nada malo en decir hola yo me llamo Jose soy de Cádiz, aunque no diga soy periodista, y a raíz de eso participar en programas de televisiones o radios….. pero decir hola soy fulano de tal, sabiendo que le pueden desmontar esa mentira y dejar mal a toda una comunidad, dejar mal a toda una ciudad, dejar entredicho a todo un colectivo, me parece que es de tener poca cabeza por no decir ninguna y traerle al pairo el mundo de las cofradías, independientemente del periodismo local.
Después nos enfadamos cuando nos denominan “Tomate Cofrade” o símiles, o cuando en los foros ponen a parir determinado o determinadas formas de hacer periodismo cofrade, pero creo que Cádiz se merece un periodismo serio y demostrado, lejos de cábalas de dimes y de diretes. Creo que Cádiz en la imagen pública cofradiera deja mucho que desear, porque ya, y me reitero, no es que se sea honrado, es que ya la mujer del Cesar, ni lo parece.
"Y el viento de levante se calmó. Y mi corazón comenzó a latir. Era él quien me guiaba esta vez. Y escuché una última campana que no repicaba...me hablaba, me llamaba. Y hasta esa Iglesia que un Santo Ángel guarda celosamente desde hace siglos, llegué. Sólo con atravesar el dintel de la puerta las lágrimas afloraron en mis ojos. Sólo con verte, con tu simple presencia, mi alma se llenó de Ti, Padre, Cristo mío de la Expiración.
- No me atrevo Padre mío, ni a decirte estas palabras. Ahora que estoy junto a Ti, ahora que estoy a tus plantas soy plenamente feliz. Aquí me tienes Señor, volviendo a Ti, mi mirada buscando en Ti el consuelo de ésta, mi vida truncada. Pero Tú nunca me miras, tus ojos al cielo claman y yo pobre pecador junto a tu imagen, Señor me siento que no soy nada. Que en tu último suspiro se escapa toda tu vida, toma mi vida, Señor que no tiene ya sentido si no te tengo en la mí. - Hijo mío ya no sufras que yo noto tu mirada y aunque yo tengo la mía en lo más alto clavada, quisiera poder mirarte ahora que estás a mis plantas.
- Yo no lo merezco Padre sólo una cosa te pido, permanece aquí en mi vida, que yo esté siempre contigo, Tú das sentido a este mundo que sin Ti estaría vacío.
- Yo jamás te dejaré y aunque muero en mi dolor contigo siempre estaré dentro de tu corazón.
- Padre ya no puedo verte, nunca acabas de vivir, nunca acabas de morir y aunque vences a la muerte yo no quiero verte así. Que tu dolor es el mío, que me duelen tus heridas, que quiero quitar los clavos de tus manos doloridas y arroparte con las mías, con estas manos vacías.
- Hijo mío es mi destino es la historia de mi vida que ahora entrego en esta cruz en medio de mi agonía.
- ¡¡Padre, vuélveme tus ojos!!
- Hijo mío no me insistas que yo quiero y no puedo cruzar tu vista y la mía.
- Hoy por fin es Viernes Santo, siempre lo es en mi vida, vas sólo sobre tu paso y a tus pies con un rosario va un penitente descalzo que nunca te dejaría solo mientras él viva. Y aunque sé que soy inútil, que no te sirvo de nada, no te dejo Padre mío, contigo adonde tú vayas.
- Hijo mío yo te quiero, tú siempre conmigo estás y aunque sé que eres humano, te quiero como a un hermano y mi vida entrego ya.
- Ya me marcho, mi Señor, una súplica te hago, dirige toda mi vida y permanece a mi lado.
- Vete tranquilo, hijo mío que nunca te dejaré, yo siempre estaré contigo, yo por siempre te querré.
Van para treinta años que mi vocabulario comenzó a ampliarse con palabras nuevas, como corriente, fiador, costal, llamador, Gran Poder, Montserrat, Monte-Sión… Pese al tiempo transcurrido, recuerdo perfectamente donde estaba cuando escuché por primera vez dos palabras que desde entonces se han hilvanado en mi vida de forma ya indisoluble. Recuerdo el lugar e incluso a la persona a la que le escuché por primera vez decir aquellas dos palabras conjugadas, con las que años después bauticé a mi hija: Esperanza Macarena.
Soy forastero, como otros tantos. Sé de la ilusión de los chiquillos sevillanos por recorrer la rampa del Salvador por referencias. De oídas. Por eso, siempre que el calendario da la vuelta para el cofrade en los días primeros de la primavera pido permiso para entrar en Sevilla.
Mis antepasados no hicieron grande esta Semana Santa como los de tantos sevillanos, pero me permito llamar a la puerta y entrar a sabiendas de que, pese a la multitud, mi respeto y admiración a todo lo que la ciudad es capaz de mostrar durante nueve jornadas, de Domingo a Domingo (con mayúsculas) contando como una más la Madrugá, es el único salvoconducto que se me exigirá para poderme hacer un hueco en cualquier acera y estar en el único lugar del mundo donde quiero estar en estos días.
A mis cuarenta y muchos años ya, la vida comienza a sosegarse. Las incertidumbres juveniles quedaron atrás y aunque la vida no está exenta de sobresaltos y sorpresas, no es menos cierto que a estas alturas ya comienzas a disfrutar de una cierta estabilidad, personal, profesional y familiar. No he sido hombre de grandes ambiciones, aunque sólo sea por aquello de que “no es más rico quien más tiene, sino quien menos necesita”. Por ello, a estas alturas, a menos desde mi condición de cofrade, tengo claro donde quiero estar en el resto de las primaveras que me quedan por vivir, mientras que mi cuerpo sea capaz de sostener mis ganas por revivir cada año, como si el tiempo fuera la rueda de una rueca que hilara los recuerdos, los instantes que marcan de fiesta la memoria.
Sé que somos muchos y que no hemos hecho mérito para que Sevilla nos haga un sitio, por eso cuando compruebo ya que la Virgen de la Aurora se me pierde por la calle San Luis y es imposible prolongar la ensoñación, emprendo el camino de vuelta dándole gracias a esta ciudad, por ser como es y dejarme asomarme a ella.
Hay quien ansía una parcela para construirse un chalet e incluso los hay que, si pudieran, se compraban una isla para ellos solos. Yo sólo ansío poder tener un par de adoquines en Sevilla donde depositar mis pies y encontrarme a mí mismo cada Semana Santa.
De los cincos sentidos por el que percibimos las sensaciones las personas, considero que hay dos que tienen la facultad de trasladarnos en el espacio y en el tiempo. Son el oído y el olfato. La música, una melodía, es capaz de hacernos revivir las emociones que en un momento determinado y especial, nos hizo sentir. Muchas veces, las notas musicales están impregnadas de recuerdos. Y algo muy parecido ocurre con el olor. Hay uno que, sin lugar a dudas, tiene la capacidad de introducirme en un perfumado túnel del tiempo y el espacio. Me imagino que esta misma sensación podrá percibir muchos de los ciudadanos de tantas localidades como en este tornasol de otoño, celebran la festividad de su Patrona y cuyos priostes o camaristas eligen las varas del nardo para adornar su paso el día de su triunfal salida procesional.
Por gaditano, a mí, el olor atolondradamente dulce del nardo, trae a mi mente las estampas de un patio con cuatro pozos en las esquinas, de un compás empedrado de cantos rodados y un altar de mármol desde donde parece sonreírnos a todos, una imagen de la Virgen que, acaso, acaba de despertar a su Niño para que juegue con las decenas de escolares que se han acercado estos días, para ofrendarle su varita de nardos.
Esta semana, acabamos de celebrar el día de la Patrona de Cádiz y aún parece impregnado del olor penetrante del nardo, el recorrido de su salida procesional. El arrebato de olor de esa flor, permanecerá como Ella, invariable años tras años, mientras que para el resto va transcurriendo inexorable el tiempo. La conocí de niño con la frescura del alba reposada en sus mejillas y mientras yo he ido cumpliendo décadas el rostrillo que enmarca su cara, parece haber aprisionado para siempre, el candor lozano de las mocitas del barrio. Puede que no sea una flor de las más bellas, pero, cuando veo pasar a la Virgen del Rosario pienso que así es como debería oler siempre las estancias de una reina aquí en la tierra, pero estoy seguro, que una fragancia muy parecida a esa, serán la que percibirán las almas cuando son llamadas a su presencia allá en los algodonales del cielo.
Tengo que reconocer que fui un marido y padre prematuro. Cuando mis amigos y compañeros están inmersos en la vorágine de organizar la Primera Comunión de sus hijos, cuando no atareados cambiando aún pañales, reconozcámoslo, los que más se han resistido a pasar poa la vicaría, ni tanto ni san Carlos, hete ahí que yo me encuentro inmerso en la organización del viaje de fin de carrera de mi hija y hace ya algunos meses que he comprobado, como, el chico de la casa, lo que se dice le chico de la casa, soy yo, porque el último que se sumó a la familia me saca ya dos dedos por encima de mi despoblada coronilla.
Dios ha querido premiarme con dos hijos cofrades que no es tan de cajón Paco, a pesar de que mi mujer y yo lo seamos. Conozco casos que de padres cofrades han resultado hijos indiferentes, cuando no abiertamente contrarios a estos gustos nuestros. Pero, yo tengo la suerte de que mis hijos sean cofrades.
Así, desde hace tiempo, tengo que tener cuidado a la hora de decir el nombre de una marcha, una fecha señalada de cualquier hermandad, o la advocación de una imagen si no quiero ser rectificado inmediatamente. Para saber qué sucede en el mundillo cofrade, me sobra con preguntarles a mis hijos, porque ellos están al hilo de lo que se cuece en los portales internautas, en la que se recogen la última hora y hasta el último minuto de lo que pasa de puertas para dentro de cada casa de hermandad.
Yo siempre entendí que el concepto de cofradía de familia venía de arriba abajo, de padres a hijos, pero ahora compruebo que también de tus hijos puede venirte el afecto, el cariño y la afiliación a una hermandad.
Mi mujer y yo tenemos la nuestra, pero desde hace tiempo, cuando nos reunimos a comer los cuatro juntos cada vez se habla menos de la nuestra, para hablar más de las suyas. Así vivimos juntos la ilusión por estrenar los nuevos ciriales que con cirios verdes iluminan la delantera del paso del Cristo de la Vera-Cruz; el rostro de la Virgen de la Soledad en mucho de los rincones de mi casa y me enseñan en primicia las fotografías de sus Titulares que se venderán en los cultos de la próxima Cuaresma en la mesa petitoria. Hasta me he sorprendido preparando lacitos vedes y negros, esos que luego mis mismo vástagos me han ensartado en la solapa de la chaqueta, previo abono claro está, de una monedillas.
La edad que todo lo relativiza y hace que te tomes las cosas con mayor mesura, me ha llevado a esa situación en la que desde hace días siento una nueva ilusión por la venidera Semana Santa. He sido niño cofrade, adolescente cofrade, joven novio y marido cofrade. Pero ahora vivo plenamente mi condición de padre cofrade y ya llevamos días, mi hijo y yo, planeando cuál va a ser el itinerario que haremos juntos para no perdernos ni una. Así que aquí me tienes amigo Paco, de nuevo como un chiquillo loco por corretear las calles de la ciudad, buscando junto a mi hijo los momentos, que tras el próximo Domingo de Resurrección serán nuestra nostalgia compartida, nuestros mismos recuerdos. Los recuerdos que compartiremos mi hijo y yo de la Semana Santa que ya llama a la puerta.